Sommelier: José Luis Umaña
¿Es posible distinguir el cristal del vidrio?
La invitación a quienes buscan adentrarse al fascinante mundo del vino es clara: hacerlo a través de las herramientas adecuadas, en este caso: una copa de cristal. Para quienes acostumbran catar vinos, resulta muy natural distinguir los aromas, oxigenar el vino, dar un primer sorbo y comenzar a interpretar esta obra de arte que alguien hizo para el deleite de quien lo pruebe.
Quien comienza en el mundo del vino generalmente se pregunta:
¿Es posible descifrar el tipo de uva, el clima del que procede, el suelo en el que la vid creció e incluso las decisiones del agrónomo y el enólogo para brindar una experiencia única?
Si es posible, pero para hacerlo es indispensable, como en todo proceso, contar con la herramienta adecuada. La experiencia entre catar en una copa de vidrio y una copa de cristal en perceptible. Una vez que el vino entra en contacto con el oxígeno, comienza a brindar información para poder apreciarlo y entenderlo mejor.
¿Qué función tiene la forma de la copa?
La forma de la copa permite que pueda ser rotada y oxigenar el líquido para que la expresión sea mucho mejor. El cristal a diferencia del vidrio cuenta con micro poros que permiten una mayor adherencia a las paredes y con ello el vino viaja y oxigena de forma óptima.
Otro tema muy importante al momento de degustar un vino es la temperatura a la que lo hagamos.
¿El vidrio es mucho más grueso que el cristal?
Sí, por lo que guarda más el calor. Si la copa se encuentra en una habitación a 23ºC, lo más probable es que tenga una temperatura similar, misma que se conservará durante más tiempo dentro de la misma, aun cuando el vino se haya servido a la temperatura correcta. El cristal, por el contrario, permite el intercambio térmico de una forma más sencilla, pierde calor y conserva el vino a una temperatura óptima. Hay quienes comentan que el vino es la melodía y la copa es el instrumento. Utilicemos las herramientas correctas.