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¿Qué es la relación precio-calidad?
El precio del vino no necesariamente va de la mano con la calidad. Un vino resulta más costoso si tuvo un proceso de elaboración más cuidado y con uvas de mejor calidad. El gusto es subjetivo, la calidad es objetiva. Sin embargo, al momento de la compra es importante tener en cuenta que no necesariamente hay que gastar una fortuna para adquirir un buen vino. De acuerdo con Karen McNeil, la autora de The Wine Bible y profesora del Campus Napa del Culinary Insitute of America, si vas a una cena a casa de unos amigos y habrá lasaña, un vino de 60 dólares no solamente es innecesario sino hasta fuera de lugar. Generalmente, la gente que no conoce de vinos se guía por el precio considerando que entre más costoso es mejor… Los conocedores de vino hacen la elección de acuerdo con la relación precio-calidad de lo que está dentro de la botella.
En relación entre el precio y la calidad, el incremento en el consumo de vino en México está respaldado por la clase media y alta, la oficina comercial de España en México, en un informe de investigación realizado, publicó que especialmente los jóvenes adultos con poder adquisitivo, al ser la clase social que más se atreve a probar nuevas bebidas y variedades… desean incorporar nuevos productos alcohólicos y que perciben el vino como la opción más versátil.
El precio y el tipo de vino
El mercado en México está buscando cada vez mejores vinos, es decir, los que las vinícolas consideran su alta gama. Aunque la mayoría de las ventas de vino tinto que se han registrado en los últimos años se concentraron en botellas cuyo precio se ubica entre los 91 y 150 pesos mexicanos; se aprecia un comportamiento de consumo más informado que puede pagar más pero busca una mayor calidad en el vino.
Los vinos blancos supondrían la excepción al último punto, pues el 49% de sus litros comercializados se encontraban por debajo de los 90 pesos. Por el contrario, en la categoría de otros espumosos, son las botellas valoradas en menos de 166 pesos las que más incrementan sus ventas.
Estos datos nos llevan a considerar que el vino más buscado y adquirido es el vino tinto. Los blancos y espumosos tienen un nicho específico de consumidores que los buscan y los prefieren. Las categorías de vino rosado y vino generoso o encabezado aún tienen un importante reto de posicionamiento en el mercado mexicano.
Los impuestos en el vino
En relación con el precio, es vital considerar los costos indirectos y los impuestos tales como Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS), que en conjunto con el IVA suman un poco más del 40% del precio de venta al público. Los costos indirectos que absorbe el consumidor de vinos importados son los de transporte, el pago de impuestos y los trámites aduaneros, así como el marbete y el almacenamiento. Los importadores de vino declaran que obtener los marbetes es lento, lo cual retarda la importación, hace en ocasiones necesario el recurrir a un almacenamiento fiscal, situaciones que incrementan los costos del vino.
En las últimas décadas, los gustos de los consumidores mexicanos han cambiado y ahora son más exigentes.
Hay una relación directa entre los patrones de consumo y la distribución que resulta en una diversidad de precios de acuerdo con el lugar de compra. En general, los vinos de menos precio se concentran en supermercados y tiendas de descuento, mientras que los vinos de alta gama se pueden encontrar en tiendas de especialidad y en restaurantes, hoteles, bares y otros centros de consumo. De manera general se podría afirmar que el consumidor de vino que solicita una botella en un restaurante está dispuesto a pagar el precio ofertado.
Sommelier José Luis Umaña Saldaña